Conviene a Acroarte eliminar El Soberano... o transformarlo

Publicado en por majagual.net



De cara a los premios Casandra, lo primero que deberá plantearse la directiva de la Asociación los Cronistas de Arte es la eliminación del Soberano como distinción máxima en la ceremonia. 
Ese esquema de un galardón dentro de otro, y con categoría suprema, no  corresponde a estos tiempos. 
Con ello solo se consigue crear distorsiones en torno a quien es realmente el Gran Ganador de la gala. 
Sucede ahora, en los medios internacionales, Juan Luis Guerra es quien recibe esos créditos, mientras ignoran a Rafael Corporán, quien recibió El Soberano.
Por tanto, la única estatuilla que deben recibir los ganadores es El Casandra, sobre la base, como ahora, de su labor de un año.
Si se quiere dar continuidad al Soberano, que en definitiva se adjudique  de manera especial a figuras venerables por su trayectoria.
El ganador principal lo determinarán la percepción del público y los medios, de acuerdo a quienes obtengan más trofeos, o prevalezcan en las categorías de mayor valoración.
           TAMBIEN ES HORA DE DELIMITAR  AREAS A PREMIAR
Ya es tiempo de que el Casandra deje de ser un reconocimiento de los Cronistas a las manifestaciones del arte, en sus modalidades Clásica y Popular,  y de la Comunicación en conjunto.
El premio  que recuerda a la bolerista y folklorista barahonera deberá circunscribirse a la música y sus exponentes.
Para televisión, radio y comunicación se crearía un premio específico. Igualmente se haría con el cine, así como con el teatro y demás artes escénicas.
El de música, probablemente, concitará la mayor atención pública, dada la incidencia entre la juventud.
No obstante,  en su diseño habrá que tomar en cuenta conexiones con otras expresiones, ya que los videos clips, especiales televisivos y musicales teatrales tienen aspectos transversales.
Es decir, determinados productos artísticos pudieran ser nominados tanto en los premios para música, como en los de comunicación o en artes escénicas.
Al segregar en distintas ceremonias, cada una con sus propios nombres y conceptos, las áreas de premiación, Acroarte ganaría.
Naturalmente, el nuevo esquema del galardón a la música se dividiría en popular, folklórico y clásico.
Los mismo sucedería con las artes escénicas: Teatro clásico, moderno y popular; operas, musicales, sinfonías, conciertos populares, etcétera.
Es necesario que la reestructuración implique valorar también las labores de los técnicos, tales como Maquillistas, Editores, Luminotécnicos, sonidistas, escenográfos, guionistas y vestuaristas.
También, que en los distintos renglones cese la tendencia a ponderar el trabajo de un exponente en su conjunto, ya que es más fácil establecer que fulano gana compositor del año, por ejemplo, por tal creación.

Acroarte no debería temer reacciones desde su principal patrocinador y co-tenedor de la marca Casandra, ya que se ha demostrado que la fuerza de cualquier premiación artística está en el aval que otorga ese gremio.

 

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